Impuestos y Power Skills
Actualmente vivimos en un mundo muy dinámico donde los cambios están cobrando relevancia en muchas profesiones y actividades cotidianas, ejemplo: la IA. Nuestras autoridades recaudatorias desde luego que tampoco escapan de estos cambios también tienen esa necesidad de adaptación para cumplir su objetivo principal: recaudar. Por lo tanto, es menester señalar que tanto empresarios, colaboradores y asesores tomemos este panorama como una oportunidad para mejorar procesos y relaciones, de esta manera lograremos concretar una palabra bastante olvidada: sinergia. ¿Cómo podremos
lograrlo? ¿Basta con tener todos los conocimientos técnicos o las habilidades duras? ¿Debemos recuperar nuestra esencia en las relaciones? Las Power Skills nos ayudarán a mejorar nuestro entero de impuestos.
Breve historia sobre los Power Skills
Las llamadas soft skills también conocidas como habilidades blandas son competencias interpersonales que nos ayudan en la forma que interactuamos y nos relacionamos con los demás: trabajo, escuela, grupos de colectividad, entre otros.
Su origen data en los años 70 donde el ejército de los Estados Unidos se vio en la necesidad de encontrar fortalezas y debilidades en sus unidades, el resultado de sus evaluaciones fue todo un hallazgo para la época, pues descubrió que la probabilidad de triunfar radicaba en dos puntos fundamentales: las habilidades de cada uno de los miembros y cómo los dirigían, es decir, cómo eran guiados.
De esta manera desde aquella época ya se podían diferenciar entre dos tipos de habilidades: las habilidades técnicas (habilidades duras o Hard Skills) que eran el conjunto de conocimientos específicos sobre una disciplina y las descubiertas Power Skills antes llamadas las habilidades blandas (también conocidas como habilidades sociales).
Lo anterior se considera hallazgo dado que se tenía la idea que en las milicias solo requerías de ciertas habilidades para poder ejecutar las tareas, empero, los resultados fueron mejores con la introducción de soft skills (ahora power skills), teniendo una sinergia entre ambas que sin duda marcó un antes y un después en el éxito de ocupaciones.
Impuestos en México
Como ciudadanos conocemos que debemos pagar impuestos al fisco por las actividades que llevamos a cabo, sea como trabajador, empresario (micro o macro) y como emprendedor. Dicho de otro modo, nuestra Constitución Política nos establece en su artículo 31, fracción IV la obligación de contribuir al gasto público: “Son obligaciones de los mexicanos: […] Contribuir para los gastos públicos, así de la Federación, como de los Estados, de la Ciudad de México y del Municipio en que residan, de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes” […]
En este sentido vale la pena citar lo establecido en el artículo 2 de nuestro Código Fiscal de la Federación, que a la letra señala: “Las contribuciones se clasifican en impuestos, aportaciones de seguridad social, contribuciones de mejoras y derechos, las que se definen de la siguiente manera:
- Impuestos son las contribuciones establecidas en ley que deben pagar las personas físicas y morales que se encuentran en la situación jurídica o de hecho prevista por la misma y que sean distintas de las señaladas en las fracciones II, III y IV de este artículo.
- Aportaciones de seguridad social son las contribuciones establecidas en ley a cargo de personas que son sustituidas por el Estado en el cumplimiento de obligaciones fijadas por la ley en materia de seguridad social o a las personas que se beneficien en forma especial por servicios de seguridad social proporcionados por el mismo Estado.
- Contribuciones de mejoras son las establecidas en ley a cargo de las personas físicas y morales que se beneficien de manera directa por obras públicas.
- Derechos son las contribuciones establecidas en Ley por el uso o aprovechamiento de los bienes del dominio público de la nación, así como por recibir servicios que presta el Estado en sus funciones de derecho público, excepto cuando se presten por organismos descentralizados u órganos desconcentrados […]”
Sinergia entre Power Skills e impuestos
De lo anterior podemos entender que no solamente le pagamos al SAT por concepto de impuestos, existen otras tres clasificaciones de contribuciones que en cada caso en concreto somos sujetos de pago. Es importante que como ciudadanos conozcamos qué pagamos y cómo lo pagamos, es nuestra tarea como asesores trasmitir la información a nuestros clientes o patrones qué y cómo se paga, una habilidad blanda presente en los impuestos: comunicación, que damos por hecho pero que pocas veces sabemos informar, pues requiere de escuchar, hablar, observar y empatizar, de esta manera tenemos que:
- Escuchar: Saber qué requiere nuestro cliente o patrón, en consecuencia, encontrar una estrategia que ayude a la optimización de recursos.
- Hablar: Disertar sobre las necesidades de la empresa versus, las necesidades del dueño, pues no son la misma persona.
- Observar: Fijar nuestra atención en los detalles de la operación de la empresa y la de nuestro interlocutor, toda vez que nos ayudará a empatizar con él/ella sobre sus necesidades.
- Empatizar: Entender a nuestro receptor, porque antes de asesores o colaboradores, debemos ser empresarios, así logramos tener un mayor entendimiento de nuestro entorno con un plan de trabajo elaborado en conjunto.
Una segunda habilidad presente en los impuestos es el manejo de conflictos. Con el sexenio anterior muchos de los contribuyentes fueron objeto de la fiscalización excesiva, donde el SAT aplicó con mano dura su Plan Maestro, entre sus efectos muchos de nosotros como asesores nos dimos a la tarea de resolver estos problemas con la autoridad fiscal de manera reactiva, tales como restricción temporal de sellos electrónicos, negativas de devolución, créditos fiscales inexistentes derivados de supuestas depreciaciones no aplicables, las famosas
entrevistas de vigilancia profunda, ahora también las entrevistas de vigilancia profunda exprés, entre otras. No solo del SAT, también se vieron inmersas la STPS con sus inspecciones laborales, así como el IMSS en la determinación de prima de riesgo anual y la Secretaría de Finanzas local con el impuesto sobre nóminas.
El manejo de conflictos ayuda a resolver y disminuir lo más posible las consecuencias que pudieran afectar tanto a las personas con las que convivimos a diario en nuestro espacio laboral (compañeros de trabajo y personal) como con la propia entidad. En otras palabras, la resolución de conflictos nos ayuda a promover la cultura de la prevención en los contribuyentes para evitar tener esa reacción (reactiva) de urgencia frente a las consecuencias que provocaron malas prácticas o bien nula comunicación entre los involucrados.
Por último, una tercera habilidad que en lo particular me gusta mucho y no veo que se desarrolle dentro de las empresas, emprendimientos y pequeños negocios es la inteligencia emocional. Entendemos la inteligencia emocional como la capacidad de comprender, usar y manejar nuestras emociones, para lo cual es valioso traer a colación sus cuatro elementos: autogestión, autoconciencia, conciencia social y gestión de relaciones, empero ¿Qué relación tiene con los impuestos? La respuesta es muy sencilla, no puedes vender o realizar lo que no conoces, la autogestión y autoconciencia nos dicen qué y quiénes somos, cómo manejamos nuestras emociones frente a distintos escenarios, entre ellos las asesorías, problemas con la página del SAT, cuellos de botella por parte de nuestros clientes, entre otras.
Por su parte la conciencia social nos permite identificar y comprender las necesidades de los demás, así como empatizar lo que sin duda nos ayudará a la toma de decisiones, por ejemplo, cada contribuyente requiere regularizar su situación fiscal o financiera, es menester de nosotros saber identificar esas necesidades para encontrar una solución efectiva a ese problema sabiendo empatizar con su situación en ese momento para lograr una comunicación efectiva. La gestión de relaciones es consecuencia de los ya mencionados tres elementos de la inteligencia emocional, concretas un vínculo con el cliente que ayudará en el futuro para optimizar las operaciones.
Conclusiones
Sin duda nos encontramos en un panorama desafiante por el uso de tecnologías y la reducción de procesos derivados de la misma, no obstante, es una gran oportunidad para renovarnos en cada una de nuestras actividades. Desde luego que los clientes y patrones buscan una reducción en los costos tributarios, una llamada “estrategia fiscal”, empero, un elemento que el robot aún no logra desarrollar es la implementación de Power Skills, como vimos en el presente texto es relevante tener estas habilidades para conocer, planear, comunicar y ejecutar estrategias fiscales y financieras en pro de los negocios, por ello es fundamental saber desarrollar nuestras Power Skills en nuestra profesión y en concreto en este caso los impuestos, toda vez que estas habilidades nos ayudarán a comunicarnos de manera efectiva, empatizar con los demás, superar desafíos y manejar los conflictos, en resumen atacar el problema, llámese auditoría, entrevista de vigilancia profunda, restricción temporal de sellos, fiscalización excesiva, inspecciones laborales, revisión de primas de riesgo, entre muchos otros actos de autoridad. Como lo mencioné al inicio, conociendo nuestras labores a la par de desarrollar Power Skills, conseguimos esa sinergia entre asesor, colaboradores y patrones/ clientes.
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